viernes, 3 de diciembre de 2021

El concilio cadavérico.

Muchas veces se dice que la realidad supera la ficción, y así es, porque lo que a continuación voy a exponer tiene unos tintes de terror tan impactantes que cualquiera diría que no es posible, que seguro se trata de una novela, pero tal y como lo narra la historia fue algo que en verdad pasó hace varios siglos.
Y es que en el año 897 d.C. tuvo lugar en la ciudad italiana de Roma un juicio en contra del papa de aquel momento, Formoso. Estuvo en el poder gracias a, en gran medida, Esteban VI, otro Papa que quiso declarar nulos todos los actos de Formoso. De todas formas, el hecho que más llama la atención es que el acusado que se sentaba en el trono, vestido con los ornamentos papales, era un esqueleto recién exhumado, de ahí el nombre que tiene.
Retrato de Formoso en vida.

Aunque se llama de otras maneras también, no os extrañe encontrarlo en diferentes sitios si hacéis búsquedas al respecto. Según la traducción es conocido como Juicio del Cadáver o Sínodo del Terror. Importante recalcar la fecha de este suceso, entre los siglos IX y X, donde el Papado tuvo más sombras que luces. Corrupción, asesinatos y destituciones de Papas, así podría resumirse a grosso modo lo que ocurrió, aunque no está al nivel de lo que ocurrió en los años del papa Borgia durante el Renacimiento. Sucedieron bastantes intrigas políticas ya que no eran pocos los que querían obtener la plaza del sucesor de San Pedro.
Siempre que se habla de Papas, me acuerdo de las predicciones de San Malaquías, donde dijo claramente que el último sería considerado el Papa negro, justamente se le considera de ese modo al cerdo globalista que está actualmente en el poder del Vaticano, Bergoglio, ese falso Papa, nunca viene mal pegarle un buen zasca para ponerle en su lugar, seguro que si estuviese por ejemplo el arzobispo Viganò en su lugar, la Iglesia estaría mil veces mejor, y lo que es más importante, todo el mundo respetaría su figura.


Papas, emperadores carolingios y familias de la nobleza italiana pugnaban por el control de Italia, concretamente su zona septentrional. Algunos se conformaban con el poder de los primeros años del feudalismo, pero otros ambicionaban convertirse en reyes de Italia (mil años antes de la unificación) pero para ello necesitaban la bendición papal si pretendían legitimarse. Y en medio de estas intrigas el papa Formosos accedió al pontificado.


Para situaros en contexto es fundamental saber un poco qué ocurrió previamente al Concilio Cadavérico. Guido de Spoleto y Arnulfo de Carintia eran dos rivales políticos que se disputan tanto la corona imperial como el deseo de convertirse en reyes de Italia. Al principio el papa Formoso apoyó a Guido, a quien coronó Rey de Italia y Emperador. Pero enseguida se desencantó con el gobierno de Guido y envió en secreto cartas a Arnulfo, ofreciéndole la corona imperial a cambio de su ayuda.
Arnulfo de Corintia.

En el año 896, ya muerto Guido y sucedido por su hijo Lamberto, Arnulfo de Carintia atacó Italia y puso asedio a Roma. El papa Formoso fue detenido por los leales a Lamberto de Spoleto pero luego fue rescatado mientras Arnulfo se apoderaba de la ciudad. Muy pronto toda Italia estuvo bajo su poder y el papa Formoso, que tan buen servicio había prestado al nuevo emperador, murió en extrañas circunstancias. Pese a que tenía ochenta años de edad siempre se sospecho de que había sido envenenado, aunque nunca se investigó a fondo el asunto.

Los actos de este pontífice fueron puestos a investigación. Justo aquí es donde la cosa se pone candente de verdad, porque pasados unos meses tras la muerte del Papa Formoso quedó proclamado un nuevo pontífice llamado Esteban VI. Y un nuevo señor de Italia, ya que Lamberto de Spoleto recuperó el poder. Como este pretendía vengarse del Papa Formoso (e invalidar la coronación de Arnulfo de Carintia como emperador) ordenó a Esteban VI que iniciara un juicio contra el difunto pontífice. Alegó la ilegalidad del Papa Formoso, que fue elegido obispo de Roma mientras era obispo de Porto (ya que era ilegal tener dos obispados), Arnulfo pidió un juicio.
Lamberto de Spoleto.
Esteban VI.

Dicho y hecho, se decretó que el acusado debía estar presente. El cuerpo de Formoso fue exhumado para el juicio, con un par. Para pasarlo como algo legal se hizo tal y como si fuese un juicio real, una situación realmente macabra y surrealista. Se vistió al cadáver con las vestimentas papales, se le sentó en un trono para que oyera las acusaciones e incluso se le asignó un abogado para que hablara en su nombre. Formoso fue declarado culpable, se le despojó de las ropas papales y se le cortó los tres dedos con los que había concedido bendiciones, y sus restos fueron guardados en un lugar secreto.
Otro pontífice, Juan IX, declaró ilegales los juicios a los muertos y restituyó el cadáver. Poco tiempo depués Sergio III condenó de nuevo a Formoso en un juicio, sin estar presente el cadáver, y mandó arrojar sus restos al Tíber. Madre mía, pobre cuerpo sin vida, lo trataron como a un auténtico pelele. Hay quienes aseguran que su cadáver apareció en la red de un pescador y fue enterrado en la colina del Vaticano.
Juan IX.
Sergio III.

Sin duda una historia muy interesante a la par que macabra, imaginad la que se montaría si esto mismo pasase hoy en día, la reacción de la gente sería tremenda. Finalmente cabe decir que me sonaba de hace tiempo esta historia, pero gracias a escuchar un podcast de Colin Rivas Show en el que lo nombró me dio pie a interesarme al respecto e indagar en profundidad, estos hechos históricos nunca deben caer en el olvido por todo lo que representa.

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