La primera que hacía era la extracción de dientes "infestados", pero si la práctica no funcionaba decía que era porque la infección se extendió demasiado, por lo que en estos casos tenía que extirpar más partes del cuerpo "infectadas", tales como vesículas biliares, amígdalas, estómagos, colon, testículos y ovarios. Según los informes, Cotton prestaba especial atención al lado derecho del intestino grueso, que creía era la fuente de los "impulsos depravados".
Cuando por ejemplo extraía los dientes a sus victimas les dejaba con problemas para hablar de manera clara y también para comer. Él aseguraba que lograba tasas de curación aproximadas al 85-90% (llamó tanto la atención que muchos padres llevaban a sus hijos mentalmente inestables al hospital donde se encontraba Henry. Si estaba ocupado algunos padres les pedía a otros médicos que replicaran las cirugías de Henry) mientras estuvo en activo.
La fama de Henry se expandió rápidamente por América y Europa, pero unos investigadores notaron que sus pacientes en realidad tenían una tasa de mortalidad muy alta, más o menos 1 de cada 3 pacientes fallecía tras someterse a la operación. La mayoría de sus víctimas fueron arrastradas contra su voluntad a la sala de operaciones, siendo plentamene conscientes de lo que el doctor planeaba hacer con ellas. Imagina el panorama si a ti te tocase estar en manos de ese matasanos, aunque bueno, viendo la iatrogenia que se comete acualmente... las negligencias médicas están a la orden del día.
Los propios pacientes reconocieron que sus cirugías son muy peligrosas, incluso el mismo Henry no le quedó otra que reconocer que la tasa de mortalidad era del 30%, pero lo achacaba a que eran pacientes que ya tenían malas condiciones físicas. Algunos psiquiatras se mostraron escépticos con las operaciones de Henry. Además, surgieron acusaciones de que maltrataba a sus pacientes.
Cotton por supuesto que trató de defenderse de todas las críticas que le llegaban. En 1924 se inició una investigación por la Dra. Phyllis Greenacre, tenía la sensación de que los procedimientos de Henry no eran adecuados y se encontró con un mal ambiente en el hospital. Phyllis descubrió que los registros del personal eran caóticos y que los datos de Henry eran contradictorios.
Más tarde en el historial de pacientes seleccionó a unos 62 que había en la lista, de estos 17 habían muerto justo después de las cirugías de Henry, pero la mayoría fallecieron unos meses después. Pero estos fallecimientos no se mostraban en los informes de Henry. Por otra parte descubrió que 5 pacientes se recuperaron completamente, intentó ponerse en contacto con ellos, pero se dio cuenta de que estas personas seguían siendo mentalmente inestables.
Se empezaron a abrir investigaciones desde el senado del Estado de Nueva Jersey. Durante las investigaciones Henry tuvo una crisis nerviosa que solucionó quitándose la mulas, y eso hizo que volviese a tener la confianza de la gente. El informe sobre el manicomio fue ignorado e hizo que Henry mantuviera su reputación intacta. Consiguió que medios con gran reputación como la revista Times apoyaran sus prácticas. Abrió su propia clínica privada donde trataba a gente adinerada, y tras eso, se retiró en 1930. Poco antes de fallecer dejó una nueva idea donde consideró que era conveniente realizar colectomías a los niños para prevenir la locura y evitar que tuvieran malos hábitos como la masturbación.
Finalmente, tras 26 años a sus espaldas ejerciendo sus labores atroces, murió en 1933 de un ataque cardíaco, aunque los restos de sus sádicas prácticas siguieron adelante incluso en la segunda mitad del siglo XX. Afortunadamente, tras pasar varios años, este psiquiátrico abandonó sus métodos brutales y ciertas alas del complejo fueron abandonándose, hasta quedar como lo que hoy se puede ver en un edificio con una historia muy oscura de continuos abusos, de los que quienes los sufrían no se podían defender. Se calcula que en total pudo haber hecho entorno a las 650 operaciones para que os hagáis una idea de la gente que fue víctima a manos suyas.
De este sitio escuché hablar hace no mucho, en un podcast de un programa llamado La voz de España donde uno de los invitados, Miguel Rix, estaba hablando acerca de las barbaridades que se cometieorn dentro del mundo de la medicina, y una de las historias que más me impactó fue ésta, sin lugar a dudas no deja indiferente a nadie.
Os dejo con unas fotografías actuales del estado que tiene el interior de este paraje, son de hace unos pocos años. Está eso como para quedarse una noche ahí a dormir...
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