El padre Marcello Pallegrino Ernetti en su momento dio clases de música antigua en la Iglesia de San Giorgio (Venecia). ¿Pero cómo pudo un simple sacordote crear este aparato que podía tanto obtener sonido como imagen del pasado? Se comenta que estuvo trabajando con el padre Agostino Gemelli (de la Universidad Católica de Milán) intentando filtrar unos cantos armónicos gregorianos cuando oyeron la voz de un difunto sacerdote hablando con ellos en la vieja grabadora que estaban usando. Este incidente llevó al sacerdote a preguntarse qué pasaba con todas las imágenes y sonidos que emitían los seres humanos. ¿Desaparecían por completo o seguían existiendo de alguna manera?
Él aseguró en el 72 tener en su poder una máquina creada durante la década de 1940 por un grupo de científicos (se rumorea que Albert Einstein (más conocido por su teoría de la relatividad), Enrico Fermi (uno de los diseñadores de la bomba atómica) y Wernher von Braun (ingeniero aeroespacial alemán considerado uno de los diseñadores de cohetes con más peso del siglo pasado), entre otros y de forma secreta, estuvieron trabajando en este proyecto), con la cual él mismo había podido fotografiar el pasado: la agonía de Jesús, la traición de Judas, la destrucción de Sodoma y Gomorra, la fundación de Roma en el año 753 A.C, sumado a otros grandes eventos de la historia.
Gracias a este aparato también se pudo recomponer, en su versión original, la desaparecida obra "Thyestes" (o "Tiestes"), escrita por Quinto Ennio y representada en Roma en el año 169 A.C.; así como el texto original de Las Tablas de la Ley que Dios le entregó a Moisés en el Monte Sinaí, aparte de presenciar a personajes como Napoléon, el filósofo romano Cicerón y otros fabulosos y trascendentales episodios históricos y bíblicos.
El monje benedictino dijo que este prodigio tenía un sólido sustento científico, basado en la energía indestructible de las ondas que conforman las imágenes y el sonido; su función era captar esas ondas flotando en el aire y decodificarlas como imágenes.
"Las ondas visibles y sonoras del pasado no se destruyen. Y no lo hacen porque son energía. La grandeza de nuestro invento, que llamamos cronovisor, radica en poder recuperar esa energía y recomponer las escenas del pasado" - Pellegrino Ernetti. El sacerdote francés François Charles Antoine Brune fue uno de los primeros que oyó hablar del cronovisor. Este religioso relató que conoció al padre Ernetti en la década de 1960, cuando ambos coincidieron durante un viaje en ferry a través del Gran Canal de Venecia. Como los dos eran expertos en lenguas antiguas, comenzaron a conversar sobre la interpretación bíblica. El padre Brune cuenta que se sintió muy intrigado cuando el padre Ernetti le reveló que existía una máquina que podía responder a todas sus preguntas.
Cuando Brune le preguntó a qué máquina se refería, el padre Ernetti le describió este aparato. Según Ernetti, era bastante parecido a un televisor, pero en lugar de recibir transmisiones de estaciones locales, podía sintonizar el pasado para permitir al espectador "ver y escuchar" los eventos que habían ocurrido siglos antes. Ernetti le dijo a Brune que la máquina funcionaba mediante la detección de todas las imágenes y sonidos que la humanidad había hecho y que se encontraban "flotando" en el espacio. El padre Brune, impactado por lo que acababa de escuchar, le preguntó de inmediato al padre Ernetti si él y sus colaboradores habían sido capaces de ver la crucifixión de Cristo, a lo que Ernetti respondió que vieron toda "La agonía" de Jesucristo, la traición de Judas, el juicio. Todo el Calvario.
El reportaje emitido el 2 de Mayo en el periódico italiano "Domenica del Corriere", en que el Ernetti explicaba las funcionalidades del aparato en cuestión, fue publicado junto a una imagen de Jesús y los apóstoles. Una vez pasó eso las autoridades de El Vaticano (Pío XII era el Papa de esa época) salieron a desmentir públicamente la existencia del Cronovisor (esto en especial es lo que me hace fruncir el ceño, sospechar y tener ese punto a favor de que pudiese ser verdadero, ya que si ellos meten la zarpa en este asunto es porque algo hay que no quieren que salga a la luz, conociéndoles, se sabe que ellos guardan los secretos que el público de a pie no quieren que sepan). Antes de morir el padre, acusó al Papa y a la Santa Sede de haber confiscado la máquina, alegando también que querían evitar que ciertas verdades históricas salieran a la luz.
Sin olvidar por último que hay otras voces diciendo que el padre Ernetti y su equipo habrían decidido desmantelar voluntariamente el dispositivo, porque podría sintonizar cualquier lugar y cualquier momento en el pasado, y eso en las manos equivocadas podría crear la "dictadura más temible que el mundo haya visto". Después de todo eso habló de su máquina en algunas conferencias sobre fenómenos paranormales. Nunca mostró el aparato, pero sí algunas pruebas como el texto en latín antiguo de la obra "Tiestes", otro punto a favor que sustenta la posible existencia del artefacto.
Él siempre insistió, incluso poco antes de su muerte, de que todo lo que contaba era verídico, pero siempre han salido otros tantos a desmentir sus palabras, incluso ese texto en latín que arrojó como prueba, ya que según algunos, contenía palabras inexistentes en aquel momento en que fue escrito. En el ocaso de su vida, en el año 1994, concedió una entrevista a la revista "Más allá", donde dijo que "Todo ha terminado. Yo ya hablé. El Papa Pío XII nos prohibió que divulgáramos cualquier detalle sobre esta investigación, porque la máquina del pasado es muy peligrosa. Puede cortar la libertad de conciencia del hombre, ya que con este aparato se podrá conocer qué ha estado haciendo esta mañana, dónde, cuándo y cómo".
Y sobre la consulta de si era cierto que todavía tenía en su poder el texto original de las Tablas de la Ley que Dios le había dado a Moisés en el Monte Sinaí, confesó que "Sí, lo tenemos, pero no podemos develar nada. Y no sabemos cuándo podremos hacerlo porque hay muchas cosas que reciben el nombre de secretos de Estado, no sólo del Vaticano, si no que de todos los estados. Por eso no es posible hablar. Espero que pronto se pueda, pero es muy difícil. Se revelarían demasiados secretos. Cambiaría nuestra concepción de la historia de la humanidad e incluso las lenguas serían irreconocibles".
En 1988, el Vaticano emitió un decreto en el que advertía que "serán excomulgados todos aquellos que capten o divulguen con cualquier instrumento técnico acontecimientos pasados". En fin, como digo, sea verdad o falso el cronovisor, creo que si de verdad el aparato no existiese y estuviesen seguros por completo no haría falta ese tipo de amenazas, menuda sobrada por parte de ellos, ¿no?
